miércoles, 3 de enero de 2024

Sobre la genitalidad

Para empezar: la genitalidad es solo una parte de la sexualidad humana; es importante comprender su rol para vivir una vida sexual más libre de prejuicios.

Al hablar de sexualidad es común que las personas lo asocien con los genitales y el coito. Si bien dentro de la sexualidad existe la genitalidad, no es el único elemento que la compone. Por esa razón, es importante comprender a qué se refiere este último concepto y cómo participa en la sexualidad humana. De esta manera, es posible entender mejor sus dimensiones y vivir una vida sexual más libre de limitaciones y prejuicios irracionales.

A continuación, en este artículo conoceremos más el rol que cumplen los genitales en la función sexual. Asimismo, exploraremos distintos errores de concepto que solemos manejar cuando no estamos bien informados.

¿Qué es la genitalidad?

Este término hace referencia a un ámbito de la sexualidad humana que se relaciona con el cuerpo, específicamente con los genitales. Es decir, que estamos hablando acerca de los aparatos sexuales humanos: el pene y la vagina. De este modo, la genitalidad es un aspecto corpóreo de la vida sexual, más no es el único que existe.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud aclara que la sexualidad es un constructo donde coexisten diferentes dimensiones. Así, abarca la identidad de género, roles de género, orientación sexual, sexo biológico, erotismo, placer, intimidad y reproducción. Del mismo modo, la sexualidad se vive a través de acciones, pensamientos, emociones, deseos, actitudes y relaciones interpersonales. También debemos tener en cuenta que factores como la biología, psicología, economía, sociedad, política, religión y otros influyen sobre la sexualidad.

Partiendo de lo anterior, podemos ver que la sexualidad es un concepto bastante amplio donde los genitales ocupan solo una parte. Además, la relación de los órganos sexuales con el resto de las áreas de la sexualidad es variable. Por tal motivo, vamos a explorar cómo se relaciona la genitalidad con las otras esferas de la vida sexual humana.

1. Genitalidad e identidad de género

Siguiendo con lo anterior, los genitales intervienen de forma directa en la identidad de género de una persona. Al nacer, la sociedad nos asigna un género con base en los genitales que poseamos y se nos dan distintos roles de género. Ahora bien, hay quienes se identifican con el género asignado al nacer (cisgénero) y hay quienes no (transgénero).

De acuerdo con la Human Rights Campaign Foundation, se estima que existen 2 millones de personas transgénero solo en Estados Unidos. Muchas de ellas son vulnerables a diferentes formas de discriminación y violencia por asumir el género con el que se identifican y no el asignado. Este es solo un ejemplo de cómo la genitalidad influye en la vida humana.

2. Genitalidad y reproducción

Por otro lado, los genitales participan en el proceso de reproducción sexual humana donde dos personas unen sus órganos sexuales mediante el coito. Aunque, hoy en día ya no es la única vía que existe para permitir la reproducción. Gracias a los avances en medicina, es posible que los humanos tengan hijos usando métodos como la inseminación artificial. Si bien los genitales siguen participando en el proceso, lo hacen de formas distintas.

3. Genitalidad y erotismo

El erotismo tiene que ver con las respuestas biológicas de una persona a estímulos que tienen connotación sexual. Por ejemplo, alguien que experimenta una erección cuando su pareja lo toca es una forma de erotismo. En este caso, los genitales pueden responder de varias maneras como estando erectos, lubricando y dilatándose.

No obstante, es importante señalar que los genitales tampoco son la única vía por la que se experimenta erotismo. Para ilustrarlo mejor, podemos citar el caso del vouyerismo, una parafilia que se caracteriza por el placer sexual de ver a otros. Un vouyerista puede estimularse por mirar a dos personas que están teniendo sexo y saber que ellos no advierten su presencia. El acto de ver es placentero en sí mismo y no involucra a los genitales.

4. Genitalidad y orientación sexual

La genitalidad puede participar en la orientación sexual de alguien o no de distintas maneras. Por ejemplo, un hombre heterosexual puede sentirse atraído por mujeres que tengan vagina, pero también podría experimentar atracción por una mujer transgénero con pene. Considerando esto, podemos decir que los genitales intervienen en la atracción sexual, pero de nuevo no son el único factor.

Por otra parte, están los individuos asexuales quienes no sienten deseo sexual hacia ninguna persona. En ese caso, ellos no experimentan con sus genitales como sí lo hacen aquellos que tienen otra orientación sexual. No obstante, eso no quiere decir que sean incapaces de sentir atracción romántica por otros.

De igual forma, hay personas asexuales que experimentan con sus genitales para complacer a sus parejas o con fines reproductivos. De nuevo, es posible apreciar como los órganos sexuales pueden participar o no en la sexualidad de alguien.

Conclusiones

    • •    Hubo un tiempo en la historia científica donde la sexualidad solo era vista a través de los genitales. El género se asociaba de forma estricta con los órganos sexuales, así como también la reproducción y la orientación sexual. Pero, gracias a los avances científicos somos capaces de tener una perspectiva mucho más amplia sobre la sexualidad. Como resultado, este concepto dejó de ligarse únicamente con los genitales de una persona.
      •    Lo anterior no significa que los genitales no sean una parte importante de la vida sexual de una individuo. Sin embargo, es fundamental que aprendamos a ver la genitalidad como una variable relativa que puede o no estar presente en distintos grados. Esto ayuda a eliminar prejuicios como los que experimentan las poblaciones LGBTIQ+ en la sociedad.

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Créditos Bibliográficos:

 

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