La pederastia es una relación sexual entre un hombre o mujer adulto y un niño. El término pederastia se usa principalmente para referirse a las prácticas históricas de ciertas culturas, en particular la antigua Grecia y la antigua Roma. En la lengua castellana, el término se refiere a la consumación de abusos sexuales contra menores, distinto a la inclinación erótica hacia los menores.pedofilia.
En la actualidad, tales relaciones son ilegales en la mayoría de países. La edad de consentimiento local determina si una persona es considerada legalmente competente para dar su consentimiento a actos sexuales, y si tal contacto sexual constituye abuso sexual infantil o estupro. Las autoridades médicas pueden considerar que ha habido un abuso a un menor con base en una variedad de razones, entre ellas la edad del menor, la probabilidad de que el menor desarrolle uno o más trastornos mentales, tales como un trastorno de estrés postraumático, daño físico al menor, y la propensión del menor a una mayor victimización en la edad adulta.
Etimología y uso
La palabra pederastia deriva de la combinación de en griego antiguo: παίδ-, romanizado: paid-, lit. 'niño (raiz) y ἐραστής, erastēs, 'amante' (cf. eros). El latín tardío pæderasta fue tomado prestado en el siglo xvi directamente del griego clásico de Platón en El banquete. (El latín translitera αί como æ.) La palabra apareció por primera vez en el idioma inglés durante el Renacimiento, como pæderastie (por ejemplo, en Pilgrimes de Samuel Purchas), en el sentido de relaciones sexuales entre hombres y niños.
El Oxford English Dictionary lo define como «Relaciones homosexuales entre un hombre y un niño; relaciones sexuales anales homosexuales, generalmente con un niño o un hombre más joven como pareja pasiva».
En la lengua castellana, la palabra pederastia a menudo es usada de manera indistinta a la de pedofilia. En tal sentido, la Real Academia Española lo define como «Inclinación erótica hacia los niños» o «Abuso sexual cometido con niños». Con todo, se ha sugerido que es importante diferenciar los dos términos, y que el de pederastia se refiere a la consumación de abusos sexuales contra menores, en vez de la inclinación erótica hacia los menores (pedofilia).
Perspectivas modernas
En el mundo moderno, la actividad sexual de un adulto con un menor puede considerarse abuso sexual infantil o estupro, dependiendo de la edad de consentimiento local. Las leyes sobre la edad de consentimiento existen porque se considera que los menores son incapaces de dar consentimiento significativo para la actividad sexual hasta que alcanzan cierta edad. Niños prepúberes y adolescentes no son socialmente iguales a los adultos, y los abusadores manipulan emocionalmente a los niños que victimizan. Tales leyes tienen como objetivo brindar alguna protección a los menores contra interacciones sexuals depredadoras o explotadoras con adultos.
Los efectos del abuso sexual infantil pueden incluir depresión, trastorno de estrés postraumático, ansiedad, trastorno de estrés postraumático complejo, propensión a una mayor victimización en la edad adulta, y lesiones físicas al niño, entre otros problemas.
Abusadores sexuales modernos que prefieren a los niños varones pueden describirse a sí mismos como «amantes de los niños», y, en ocasiones, apelar a prácticas de la antigua Grecia como justificación de sus comportamientos aberrantes.
Tratamientos
En la actualidad se han realizado investigaciones en las que se plantea la eficacia de los tratamientos que se utilizan a nivel nacional e internacional para la cura de la pederastia. Los resultados obtenidos muestran es que existen dos tipos predominantes de tratamientos, el tratamiento terapéutico cognitivo conductual y el tratamiento farmacológico. Se encontraron también 6 programas de tratamiento que se ofrecen en diferentes países. Tres programas dentro ámbito penitenciario y otros tres fuera del mismo, esta última opción ha sido incorporada recientemente. Los tratamientos encontrados son eficaces y pueden mejorar mucho la vida de estas personas, ya que reducen las fantasías y comportamientos sexuales. Los objetivos de estos programas están orientados a que las personas con trastorno de pedofilia no vuelvan a cometer ningún delito sexual o en el caso de no haberlo cometido, prevenir futuros delitos y, por último, que aprendan a vivir con su preferencia sexual hacia menores. Contemplando los objetivos de los programas se debería reflexionar sobre qué se está asumiendo que es curar la pederastia. Por ello, sería transcendental reformular y consensuar qué se considera curar, para poder, a partir de este término, redefinir los objetivos de una intervención destinada a tratar la pederastia, priorizando la salud mental del paciente.
Bibliografía consultada:
« https://es.wikipedia.org/ »